El fenómeno social en tendencia, es la idea de bienestar basado en las reacciones en línea en las redes sociales. Una reacción en línea es el “like”, el ícono de pulgar arriba, el cual se ha vuelto en un tipo de veneración, de ansia y deseo, buscado por los aspirantes a influencers y por otro lado, las jóvenes generaciones. Existe una antiquísima necesidad humana de obtener una identidad y sentirse pertenecer a un grupo, los creadores de las redes sociales lo saben muy bien y aprovechan esta necesidad para convertirse en el alimento principal entre las generaciones de nuestro tiempo, las cuales están permanentemente en las redes sociales digitales, aquilatan los “likes” tanto que llega a convertirse en una obsesión por los números, las métricas en internet.
Las reacciones en línea en términos técnicos de computación, significa alimentar al algoritmo (facebook e Instagram) que prioriza contenidos en nuestra red social. Pero en términos simbólicos quiere decir que se ha ubicado como un centro de reconocimiento social y de la construcción de identidad para muchos jóvenes. Se ha convertido en una parte fundamental de la sociabilidad de una persona; o para decirlo en otras palabras, “dime cuántos likes tienes y te diré cuánto vales”.
Hoy en este 2023 contamos con una reputación digital, es algo socialmente nuevo, algo inexistente para generaciones del siglo pasado. Expertos en salud argumentan sobre la visibilidad de los likes de cada publicación, derivado de las repercusiones mentales, la privacidad y la democracia. Han llegado a generar comportamientos compulsivos y ansiedad en muchas personas, además de que ha sumado a procesos como las fake news, mismas que terminan por volverse de interés común, alterando la sana convivencia, generando desigualdad de opiniones, miedo y al final son distractores de lo realmente importante de la vida fuera de las redes sociales.
Lo cierto es que todo tiene 2 caras y bajo los anteriores argumentos, la noticia es que tanto como Facebook como Instagram están experimentando en varios países la posibilidad de no hacer visible el número de likes de las publicaciones. Instagram ha ocultado en siete países el contador público de likes y visualizaciones de vídeos. Los usuarios solo ven la foto y los comentarios, sin saber si la foto ha gustado mucho o poco. Igualmente Facebook, ya ha puesto a prueba en Australia y Vietnam no mostrar los likes y reacciones de los usuarios.
No todo es malo, dichas compañías están dispuestas a realizar modificaciones a sus plataformas, dándole importancia al contenido, y contribuir a la reducción de la ansiedad de los usuarios, tú que ahora lees este artículo, dale prioridad tanto al contenido, olvida los likes; hagamos que la gente lea lo que se publica o comparte y no nos basemos tanto en las reacciones (en términos numéricos). Lo que cabe resaltar en este mundo digital, es la aparición de una noción también inaudita: “el bienestar digital”. Es claro que la web ha logrado tal centralidad en la vida de millones y millones de personas, y es necesario pensar en que esa experiencia no debe resultar perjudicial, nociva o con implicaciones en la salud y la vida social de cada individuo.
En adelante tenemos que estar atentos a nuestros costumbres y comportamientos online, medir el tiempo en ellas, ser equilibrados en su uso, aportar medidas, acciones, regulaciones para procurar el bienestar en la web. “Nada con exceso y todo con medida”.





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